Quirón astronómicamente se lo conoce como centauro, de allí que recibe dicho nombre. Descubierto en 1977, ha despertado un creciente interés debido a su relato mitológico y las implicancias que este astro posee dentro de las cartas astrales. Quirón lleva la marca del dolor desde su nacimiento hasta su deceso. Su mito nos relata con crudeza la exposición al dolor y al sufrimiento en la vida. Su historia mitológica, que se origina en un oscuro episodio, representa la herida profunda que todo individuo posee en la vida.
En la mitología griega, Quirón nació como resultado del abuso infligido por Cronos a su madre, Fílira. En un intento desesperado de escapar de las insidiosas persecuciones de Cronos, Fílira se transformó en una yegua. Sin embargo, la metamorfosis no evitó el abuso que conllevó al embarazo, y así nació Quirón, mitad hombre y mitad caballo. Producto de ello es abandonado por su madre, la cual estaba horrorizada por la apariencia de su hijo. Este acto de rechazo dejó una herida emocional profunda en Quirón.
El relato mitológico de Quirón, presenta a la vida en su faceta más trágica y dolorosa. Personalmente creo que los estos relatos mitológicos, no lo eran en su época. Creo que eran historias metafóricas que se divulgaban y que representan arquetipos que todos tenemos internalizados. Estas historias estarían inspiradas en la observación profunda del ser, a pesar de que no todos lo supieran, y creyeran en estos relatos como una verdad indiscutible.
En mi práctica profesional como docente y astrologo, he tenido que analizar a Quirón en la carta de muchas personas, y en la gran mayoría he escuchado relatos de absoluto dolor. En los casos en que no he escuchado estos relatos, no es por ausencia de ellos, sino por incapacidad de conectar con esos recuerdos dolorosos. Desde familias disfuncionales donde un niño no puede crecer con un psiquismo saludable, hasta situaciones de abusos, violencia, secretos y tantas otras formas que dañan no solo nuestras emociones y psiquismo, sino también condicionan nuestra vida presente. Estos relatos, tan crudos y dolorosos nos llevan a la pregunta: ¿Por qué un bebe recién nacido debe atravesar tanto dolor en su historia? ¿Por qué la vida se muestra con tanta crudeza en algunas personas? Acá es donde una perspectiva mayor debe ser tenida en cuenta. Nuestra vida aparenta comenzar en nuestro nacimiento y terminar en nuestro fallecimiento, pero esto no es realmente cierto. Nuestro presente es consecuencia de todos nuestros pasados, el de esta vida y de las anteriores. Venimos a aprender y evolucionar, y eso implica que empaticemos con todas las personas y situaciones. ¿Cómo podría empatizar con el que no tiene posesiones si nunca lo vivencié? ¿Cómo podría dimensionar la escasez, si en otro escenario no tuve abundancia? En las múltiples vidas que atravesamos hemos aprendido, y también hemos hecho caso omiso a las enseñanzas. Quirón se presenta como aquella herida que en esta vida vengo a vivenciar, aprender de ella, y debo poder sanar en mí para poder enseñar y sanar a otros. De este modo podemos saldar nuestro Karma.
Todos somos portadores de heridas, en algunos es más incipiente, otros menos, pero el dolor, aunque desagradable, es parte de la vida, y nos atraviesa a todos. Con Quirón siendo parte de nuestra carta astral, estamos llamados a sentir ese dolor que consideramos tan injusto para nuestra vida, pero también somos llamados a sobreponernos al dolor. Enfrentarse y sobreponerse a estas heridas implica necesariamente un crecimiento personal que surge de la capacidad resiliente que subyace en nuestra humanidad y a la cual debemos abrirnos paso.
Quirón nos hace sentir que estamos solos en el mundo con nuestra herida, e implica en una etapa inicial de nuestra vida, que debemos ser capaces de erguirnos y alzarnos por sobre la adversidad y la desdicha que se siente en las experiencias que este astro nos trae. La resiliencia nos torna fuertes ante ese dolor que creíamos estaba enquistado en nuestra alma, y nos permite ver, no solamente lo que hemos sufrido individualmente, sino también el sufrimiento ajeno que se aloja en las almas hermanas. La resiliencia sirve en nuestras vidas como la capacidad de seguir adelante, a la vez que puede colocarnos de referentes para otros. Allí radican muchas de las historias que generan admiración en nosotros al ver una persona que alcanza el éxito luego de haber atravesado grandes penurias.
La redención es la clave para entender el pasaje desde el dolor de la propia herida, hasta el ser maestros con capacidad sanadora para otros. Reconocer el sufrimiento propio nos permite comprender la naturaleza del dolor, independientemente de sus causas. Esto propicia en nosotros la capacidad de reconocer el dolor en la vida ajena. Nuestra alma, nuestro ser, estarán cada vez más elevados si logramos trascender estas heridas y traumas y las podemos convertir en una potencia sanadora para otros. Nuestra herida, que tiene orígenes en nuestras vidas pasadas, se manifiesta en nosotros a temprana edad generando aquello que nos aquejará a lo largo de nuestra vida. Si nos abrimos a la maestría que nos enseña nuestro sufrimiento, seremos personas cada vez mas ligeras de Karma.
Una persona que conecta profundamente con su herida es capaz de llegar a los corazones de aquellos que acuden con grandes dolores como el propio. Despierta en nosotros una empatía que no reconoce diferencias de clase, de cultura, de poder, de color, de género ni ningún otro atributo personal. Conectar con la herida a ese nivel, duele tanto, que nos lleva no solo a no desearlo para nadie, sino que también ser agentes positivos en la vida y dolores de los demás.
Dentro de la carta, Quirón sigue la lógica de interpretación igual que cualquier otro planeta astrológico. Se debe saber que Quirón representa el punto de mayor dolor en la vida de una persona y que la Casa en la que se encuentre, brindará la energía afectada por esa herida. Por ejemplo, si está en Casa 3 podría dolernos nuestro vínculo con nuestros hermanos, primos, estar asociado el proceso de aprendizaje o incluso mi propio intelecto, de ser en Casa 8 podría estar asociado a los temores, a la sexualidad, o a la muerte entre otros. El signo en que se encuentre sumará más información a dicho dolor.
Algo importante a conocer sobre Quirón es que es un dolor tan intenso, que queda guardado bajo las capas más profundas del inconsciente. La persona podría incluso llegar a decir que allí no hay tal dolor, la realidad es que duele tanto que nuestro sistema defensivo nos anestesia frente a tal brutal dolor. No obstante, se verán las limitaciones en la conducta de la persona frente a lo que esa Casa y Signo representan.
En la experiencia con mis consultantes he visto el sufrimiento de una madre al tener que vender a sus hijas por ausencia de recursos, he visto la herida abierta de una mujer que no supo cuidar a sus hermanos en su infancia, he visto las lágrimas caer de una persona por la falta de reconocimiento de su padre, así como también he visto la ausencia de afecto en el seno familiar. Por supuesto que cada configuración en la vida de todas estas personas se realiza junto con los aspectos de Quirón y las demás posiciones de la Carta. Me veo limitado a la hora de brindar más datos por la crudeza de las historias y, además, por mantener la confidencialidad que cada carta y persona requiere.
Quirón la Llave Evolutiva: Sanando la Herida Kármica implica que somos la sumatoria de todas las experiencias vividas en nuestras vidas pasadas, así como también del linaje en el que venimos a encarnar, y de los vínculos que establecemos en esta vida, así como el contexto social y global del que formamos parte. Quirón en la carta astral nos marcar la clave para trascender aquellos episodios que tanto dolor nos generan y que están asociado a todo lo que fuimos y somos. Nos permite, si nos tornamos resilientes, forjar un futuro diferente, no solo para nosotros, sino para influenciar positivamente en nuestro contexto social y con proyección a lo global. El lector debe saber que la vida es nuestra gran maestra y aunque muchas veces nos vemos superados por las situaciones que vivimos, ésta puja siempre por hacer despertar en nosotros, nuestra consciencia. El dolor y muchas veces el sufrimiento es lo que nos sacude tan fuerte que nos obliga a dar un salto evolutivo. Es difícil aceptar que los hechos son como son y están hechos para nuestro beneficio, a pesar de que duelan. Pero deben también saber que la fuerza de nuestro ser y nuestra sabiduría serán las que logren renacer al fénix de las cenizas y harán de la oscuridad, la luz que iluminara nuestro camino y lo convertirán en un hermoso sendero por el cual compartiremos con otros un bello porvenir.
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